Dormito en el sofá delante del televisor. Afuera nieva y veo el partido de la Premier sin mucho interés. Algo hay que hacer para conjurar el aburrimiento. Poco a poco se hace presente el cansancio acumulado en las horas nocturnas y me dejo llevar por el sueño.
Sigo allí mismo, pero acompañado. A mi derecha está sentado un amigo de la infancia. Eramos auténticos camaradas, muy pajeros los dos. Nos volvía locos masturbarnos mutuamente. Era muy morboso, me encantaban aquellas pajas clandestinas y prohibidas. El morbo derivaba de la situación. Quedabamos para pajearnos el uno al otro viendo una película porno. Fue genial hasta que nos distanciamos.
No estamos solos en el salón. A mi izquierda está sentada mi novia y a su lado un desconocido.
Mi amigo y yo nos miramos, no hace falta decir nada. Es un sueño y sobran las palabras. No me lo pienso y le desabrocho la bragueta. Mi chica y el otro nos miran con curiosidad. Tanteo con los dedos y encuentro su polla, la acaricio medio dura. La libero de su encierro y se la muestro a nuestros acompañantes. Mi novia me mira como pidiendo permiso. "Claro que si", y afirmo con la cabeza. Ya se lo que va a ocurrir. Ella empieza a acariciar la entrepierna de su acompañante y él hace lo propio con ella.
Sigo allí mismo, pero acompañado. A mi derecha está sentado un amigo de la infancia. Eramos auténticos camaradas, muy pajeros los dos. Nos volvía locos masturbarnos mutuamente. Era muy morboso, me encantaban aquellas pajas clandestinas y prohibidas. El morbo derivaba de la situación. Quedabamos para pajearnos el uno al otro viendo una película porno. Fue genial hasta que nos distanciamos.
No estamos solos en el salón. A mi izquierda está sentada mi novia y a su lado un desconocido.
Mi amigo y yo nos miramos, no hace falta decir nada. Es un sueño y sobran las palabras. No me lo pienso y le desabrocho la bragueta. Mi chica y el otro nos miran con curiosidad. Tanteo con los dedos y encuentro su polla, la acaricio medio dura. La libero de su encierro y se la muestro a nuestros acompañantes. Mi novia me mira como pidiendo permiso. "Claro que si", y afirmo con la cabeza. Ya se lo que va a ocurrir. Ella empieza a acariciar la entrepierna de su acompañante y él hace lo propio con ella.
Siento los dedos de mi amigo jugando con mi polla y vuelvo a lo mío. Le miro y lo que veo me deja pasmado. Tiene la polla durísima, la noto palpitante entre mis dedos, las venas hinchadas. Y del glande le chorrea leche, no es semen, es más bien como el flujo de las mujeres. Le gotea bajándole por el rabo, manchándole el vientre.
Miro alucinado a mi izquierda y veo a mi niña pajeando a nuestro invitado. Es una fantasia recurrente que tengo, nosotros dos y otro macho. Me la imagino muchas veces masturbándonos a los dos. Ahora él la corresponde, los dedos bien hundidos en su coñito encharcado de flujo. ¡Fascinante, cojones! Se escucha el chapoteo de los dedos mientras la masturba. Tiene las piernas abiertas, ofreciéndome el sexo húmedo y brillante por el misterioso flujo blanco.
Miro alucinado a mi izquierda y veo a mi niña pajeando a nuestro invitado. Es una fantasia recurrente que tengo, nosotros dos y otro macho. Me la imagino muchas veces masturbándonos a los dos. Ahora él la corresponde, los dedos bien hundidos en su coñito encharcado de flujo. ¡Fascinante, cojones! Se escucha el chapoteo de los dedos mientras la masturba. Tiene las piernas abiertas, ofreciéndome el sexo húmedo y brillante por el misterioso flujo blanco.
Brutal.
Y entonces me despierto con una tremenda erección.