Después de unos días soporíferos me decido a escribir. Me encuentro en stand by, en el dique seco. El ambiente es poco estimulante, me hace falta cambiar de aires. Hace un par de meses que esa intuición se acrecienta. Necesito actividad, o la rutina y la inactividad me aniquilan. Está claro. Estoy cansado de sentirme frustrado. Y ahora las Navidades...
Lo peor es que las distracciones habituales no funcionan. No leo, salgo menos por la noche, tampoco me pierdo por el monte y las pajas... no son tan placenteras como antes (síntoma muy preocupante;).
Se me ocurre una terapia consistente en:
-Viaje al sur con mi novia... a ver si el viento del Estrecho me despeja la cabeza.
-Encuentro con los viejos camaradas (la ciudad ya está en alerta roja).
-Agresivo plan de lecturas. Esta tarde me voy a la librería.
-Una ascensión invernal a ese pico que ronda mi cabeza desde hace dos meses.
-Algunos buenos propositos de Año Nuevo... beber menos, más ejercicio, quererme más, echarle más huevos a la vida (me parece que con eso ya está bien).
En definitiva, mover el culo.
Os deseo lo mejor, de corazón. Mucha suerte estas Navidades. ¡Sobrevivid!
